viernes, septiembre 07, 2007

Entrevista a BERT HELLNGER por ESTHER LAK

"Un camino hacia la Felicidad"



Bert Hellinger

Nació en Alemania en 1925, estudió Filosofía, Teología y Pedagogía. Durante 16 años trabajó como misionero de una orden católica en Sudáfrica. Más tarde se hizo psicoanalista y a través de la Dinámica de Grupo, la Terapia Primaria, el Análisis Transaccional y diversos métodos de Hipnoterapia llegó a desarrollar su propia terapia sistémica y familiar. Su método de configurar Constelaciones Familiares enfocado directamente hacia la solución le valió el reconocimiento como uno de los terapeutas claves del mundo psicoterapéutico actual.

¿Cómo podemos ser felices o hacer un camino hacia la felicidad?

La felicidad empieza muy temprano, empieza con la madre y se sigue manteniendo en la relación con ella. El camino de la felicidad se interrumpe cuando perdemos el contacto con la madre, por supuesto también con el padre pero eso está en segundo lugar. Se puede observar, por ejemplo; yo lo hago a veces cuando miro la televisión, miramos a los actores o a los que están hablando, y entonces mi mujer pregunta: "¿Cuál es la relación de éste con su madre?" Se puede ver enseguida, el que está en conexión con su madre brilla, tiene una expresión de alegría y es amado por otros, eso se nota fácilmente; o cuando uno viene y dice que no está feliz, entonces yo pregunto por su madre, por su relación con su madre. Yo tengo en mi corazón a la madre de esta persona ya presente con respeto y como yo respeto a su madre puedo llevarlo hacia su madre y de pronto comienza, también, a radiar, a brillar. Éste es un camino a la felicidad.


¿Es reparable la relación con la madre? Ya que para muchos es una relación de conflicto.

Los conflictos son necesarios. Muchas relaciones con la madre están bloqueadas porque tenemos expectativas con respecto a esa persona que va más allá de lo que se puede esperar de un ser humano; y si los padres fueran perfectos, si la madre fuera la ideal, nosotros no seríamos capaces de vivir, no tendríamos la fuerza para vivir. Somos capaces de vivir porque nuestros padres tienen errores. Eso es lo que nos introduce en la verdadera vida, o sea, amamos a nuestros a padres así como son, tal cual como son, y así nos volvemos felices.


Estaba pensando, si todo lo que nosotros recibimos de nuestros padres, cosas que nos duelen por ejemplo, ¿todo es perdonable?

Un hijo que está perdonando, está acusando al mismo tiempo a los padres, se está poniendo por encima de ellos, y pierde a los padres, su suerte y su felicidad.Todo lo que sucede en cuanto lo puedo aceptar, decir que sí, así como fue se convierte en una fuerza; en cuanto lo rechazo o lo perdono quedo débil, me pongo por encima y la vez quedo pequeño.


¿La aceptación no es ponerse por debajo en una situación, entonces?

No lo estoy aceptando, le estoy diciendo que sí, si lo acepto así soy pasivo, cuando le digo que sí soy activo y al decir que si algo se transforma, al aceptar no se transforma nada. Es una diferencia importante.


Si en mí existiera un brillo por el tipo de relación que tengo con mi madre, ¿qué le pasaría a mi madre para conmigo?

Ella por supuesto también está feliz; sobre todo se abre el corazón de la madre y su amor puede fluir hacia ti, las dos van a estar felices.
Había una vez un hombre que me dijo que su madre lo odió cuando era pequeño y ella vivía muy cerca de donde era este curso; entonces le dije: "vete a visitarla". Al otro día volvió, estaba radiante y le dije: ¿pero qué hiciste?, fui y le dije a mi madre: "estoy contento de que me pariste...", y la madre brillaba, radiaba y él también. Tan fácil es la felicidad.


¿Cómo nos preparamos entonces, para ser buenas madres, o ser de las madres que queremos brillar en los ojos de nuestros hijos?

Muy simple: amar a la madre de uno mismo. Ahora tú también brillas...


Con la idea de cerrar esta nota, quería preguntar acerca de cómo queda el lugar del padre, ya que hablamos solo del lugar femenino ¿El padre se reivindica, tiene protagonismo o por el simple hecho que la madre ocupa el lugar que tiene que ocupar esto se da por añadidura?

Sí, el padre está en segundo lugar. Pero hoy día los padres están muchas veces excluidos, y el padre que está excluido pone triste a la madre, la hace infeliz. Para que la madre sea feliz ella tiene que respetar y amar al padre y eso no siempre es muy simple porque los hombres son distintos, los tenemos que amar así como son: distintos. Y los niños necesitan al padre, porque para la felicidad es necesario que ellos puedan tener al padre. Entonces niños felices son aquellos que son mirados por la madre y, la madre a través de este niño ama también al padre; y el padre mira a los hijos y a través de ellos ama también a la mamá. Ese tipo de niños son felices.



Entrevista realizada en el mes de Nov. de 2005
Intérprete: Esther Lak

Entrevista a BERT HELLINGER por MARTA MAGAZIAN

"Los destinos de la familia de origen"

Bert Hellinger

Nació en Alemania en 1925, estudió Filosofía, Teología y Pedagogía. Durante 16 años trabajó como misionero de una orden católica en Sudáfrica. Más tarde se hizo psicoanalista y a través de la Dinámica de Grupo, la Terapia Primaria, el Análisis Transaccional y diversos métodos de Hipnoterapia llegó a desarrollar su propia terapia sistémica y familiar. Su método de configurar Constelaciones Familiares enfocado directamente hacia la solución le valió el reconocimiento como uno de los terapeutas claves del mundo psicoterapéutico actual.

¿Cómo se determina si en una familia hay enfermedad?

A través de las Constelaciones Familiares se ha puesto de manifiesto que muchas de las enfermedades están relacionadas con algún hecho que ocurrió en la familia. A saber, cuando en una familia hubo un desorden porque la familia como un todo se comporta como si dependiera de un alma, y ésta sigue un orden. Cuando hay desvío de ese orden uno se aparta y a menudo hay alguien en la familia que se enferma.
El primer orden que rige a esta alma y ésta como que obliga a que realmente se cumpla, es que cada miembro de la familia tiene el mismo derecho a pertenecer, es decir, que si a alguien de esa familia se le niega el derecho a pertenecer, se queda excluido, entonces el alma trata de volver a establecer ese orden.
¿Y entonces ahora, cuáles son los hechos así comunes por los que alguien en la familia queda excluído, a quién se le excluye a menudo de la familia?
Por ejemplo, parejas anteriores de los padres o de los abuelos. Es decir, que si el hombre o la mujer se separan de una pareja anterior significa que ellos excluyen a esa persona de su alma, es como que se enojan con él, le hacen reproches o le echan la culpa o lo enjuician.
¿Entonces, qué ocurre en la familia? Cuando el hombre o la mujer vuelven a encontrar una nueva pareja, y si con esa pareja tienen un hijo, entonces ese hijo representará a la pareja anterior bajo la influencia de ese alma grande y de esa manera ese alma grande tratará de ordenar el desorden y ese proceso es inevitable. Ni los padres ni el hijo saben sobre ese proceso que se está dando. Todos están expuestos a la influencia de esa alma grande y entonces a veces ocurre que ese hijo se enferma con una enfermedad similar a la que tenía esa pareja anterior o por ejemplo podría querer suicidarse así como lo quería hacer la pareja anterior y más tarde se comporta de manera similar a la pareja anterior.
Es decir, se une a esa ex pareja haciendo una relación similar a la que el padre o la madre tenia con esa persona; o sea, que en esa relación de pareja ocurren entonces cosas similares a las que ocurrían con las parejas anteriores.


¿Se puede resolver esta situación o hay que dejar que transcurra y se termina sanando de esa manera?

Es posible solucionarla si uno sabe, si conoce el orden y si uno reconoce ese orden, es decir, si el hombre y la mujer y más tarde cuando ese hijo una vez que sea adulto. Si ellos saben acerca del orden es posible ordenar el desorden; por ejemplo honrando a esa pareja anterior; por ejemplo si el hombre le dice a su mujer anterior: "yo no he estado bien, te he amado mucho y me duele que nos hallamos separado" y a veces entonces a ese hombre o a esa mujer me gusta contarles una historia:
"Un hombre y una mujer emprenden juntos un camino. Cada uno lleva una mochila bien cargada con cosas buenas. Juntos caminan atravesando jardines floridos, campos maduros, tienen y sienten alegría, y cada tanto toman asiento, abren sus mochilas y comparten lo que han traído. Luego de un tiempo ese camino va cuesta arriba y uno de ellos siente dificultades, las mochilas están más livianas, pero uno de ellos se sienta para descansar mientras que el otro sigue subiendo esa cuesta. Cuando llega a la cima toma asiento exhausto y mira hacia abajo. A lo lejos ve a su pareja recuerda lo lindo que era y comienza a llorar..."

La determinación está muy clara de la pareja que mira hacia abajo ó mejor dicho hacia atrás. Ahora la responsabilidad de llevar toda esa vivencia a su nueva relación o a su hijo precisamente, a su nueva familia es como algo muy difícil de terminar de entender. Da la sensación que los hijos somos "victimas" de los errores de relación de nuestros padres.

Ahora volvamos una vez más a la historia... Al llorar esa persona toma al otro nuevamente en su corazón y con eso ha solucionado algo.
Supongamos que esta historia se trata de un hombre y se da cuenta que su hija se comporta de forma similar a la de su pareja anterior, entonces le dice: "la ame mucho y tiene un lugar en mi corazón". De esta manera la hija se siente descargada, liviana y entonces ahora esa hija puede mirar a la madre y ya no va a ser como un rival de la madre como era antes y le dice: "Querida mamá, tu eres la correcta para mi". Y así se ha restablecido el orden.
Aquí se demuestra que el orden siempre es amor y el amor comprendido de esta forma especial, de que cada persona encuentre un lugar en el corazón, es un amor abarcativo.
Y ahora me refiero nuevamente a esa otra pregunta, mi experiencia me indica que cuando se separa una pareja no hay culpables porque nadie es libre de comportarse de manera distinta a la que se está comportando porque cada uno esta unido a su familia de origen.
Dado de que en la familia de origen existe un desorden es como que esa familia lo atrae, lo lleva hacia atrás tratando de ordenar algo, a pesar que eso nunca lo pueda lograr. Con amor, su familia de origen lo llama y repentinamente pierde a esa pareja de la mirada, se le escapa. Por ejemplo, se comporta como una pareja anterior de sus padres sin saberlo y entonces la relación se separa eso por lo que está implicado, no es libre ni una persona ni la otra. Entonces los destinos de la familia de origen se vuelven los destinos de esa relación de pareja y ninguno de ellos puede evitarlo, cambiarlo aunque lo quisiera hacer.


¿Quién tiene más peso en una situación así? Hay dos familias de origen, una de ellas podría tener un antecedente más difícil que la otra.

Las parejas se unen no solamente porque sus integrantes se aman como hombre y mujer, no es solamente el hombre el que mira a la mujer, es toda su familia que la mira y a veces esa familia deposita una esperanza en la mujer de ese hombre y en la familia de la mujer, para que a través de esa unión se logre un orden y no se dan cuenta. Quiero mencionar una observación importante, cuando un hombre y una mujer están completamente enamorados uno del otro, se ven? No. Y qué quieren? Ahora esto que voy a decir es difícil de digerir: ambos quieren morir y eso a razón de una implicancia en su familia de origen.





¿Que tipo de implicancia en la familia de origen que crea inconscientemente ese sentimiento?

Vuelvo a lo de la familia de origen. Supongamos que en la familia de origen alguien quedó excluido, por ejemplo un hijo abortado; esto es una exclusión total, pero ese niño queda en la gran alma de la familia queda y allí tiene su lugar.
¿Qué ocurre en una familia así? A menudo la madre quiere seguir a ese hijo también para expiar, quiere seguir a ese hijo en la muerte y eso los otros hijos lo perciben y entonces uno de ellos le dice: "Yo voy en tu lugar" y eso es una dinámica muy común detrás de las enfermedades. Muchas enfermedades se dan porque uno de los hijos dice: "Yo lo hago en tu lugar". En la mayoría de las veces eso se lo expresa hacia la madre, muchas veces también el padre, pero también hay otros contextos. Y ahora ese hijo más adelante se enamora completamente y al otro quizás le ocurre lo mismo y entonces mueren juntos. Es decir, que mueren, es una muerte como por amor. Por ejemplo, Tristan e Isolda es un amor que no puede vivir, un amor así, total, está como en contraposición a la vida, lleva a la muerte.
Esto en un caso extremo, pero a menudo una de los integrantes de la pareja quiere volver a su familia de origen, o por ejemplo se va porque uno de los padres tiene la misma edad que tenia esta pareja y nadie se da cuenta.
Voy a dar un ejemplo: Una vez estuve en EEUU en Chicago en un curso como terapeuta invitado y llegó una participante y dijo: "Yo ahora me estoy separando de mi marido"; acababa de estar con el abogado para iniciar todo el proceso, pero hasta ese momento había estado casada felizmente y tenía dos hijos. Muchos del grupo la querían convencer de lo contrario, pensaban que dándole buenos consejos la podían ayudar, pero los buenos consejos no sirven nunca, entonces le pregunté: - ¿que edad tienes?
Y respondió: - 35.
- ¿Qué pasó con su mamá cuando ella tenía 35 años?
- Perdió a su marido, él murió en un porta-aviones cuando estaba salvando a otras personas en un incendio.
Entonces le dije: - Una buena niña que se precia como tal dentro de tu familia pierde al marido a los 35 años, a veces se da así.


Conociendo este concepto a través de esta charla, pensaba si nosotros como hijos vemos de qué nos enfermamos o cuales son nuestras dolencias, ¿podemos nosotros establecer el orden, o son nuestros padres quienes tienen que hacerlo?

Lo tienen que hacer los padres, pero como adulto quizás, sí uno puede hacerlo.
Un ejemplo sencillo: Hace poco una mujer estaba en uno de los cursos me dijo: - Mi hijo no sabe hablar bien, siempre se traga las últimas sílabas.
Entonces le pregunté: - ¿Hay alguien que falta entre ustedes?
- No, respondió.
- ¿Qué ocurrió en la familia?, pregunté nuevamente.
- Mi papá estaba en la Legión Extranjera y luchaba en Argelia. - ¿Qué hace una persona en la Legión Extranjera que está luchando? Mata a otros...
Entonces configuré al papá y delante de él pedí que se acostaran representantes de los muertos, entre ellos también una mujer y ella alzó los brazos hacia ese marido de la mujer y él en la constelación bajó hacia ella, se inclinó y ambos se abrazaron estrechamente.
Entonces pregunté: ¿Ahí también hay un hijo? Era evidente.
Entonces respondió: - Sí... algo escuché. Probablemente haya sido una hija mujer.
Entonces agregué a la hija y también un representante para el hijo de esa mujer y éste inmediatamente fue hacia la niña y se abrazaron estrechamente.
Entonces dije: - Sí, ella era la sílaba final que faltaba.
El representante del hijo dijo: - Ni bien la pusieron a ella mi lengua quedó liberada.


Estaba pensando si el desorden es una tendencia constante siempre, digamos se establece un orden y nuevamente es como una energía en donde vuelve a entrar el desorden.

Todas las relaciones luchan con el tema del desorden de muchas maneras. ¿Y dónde es que se produce el desorden en manera especial?
Allí donde uno se siente más, donde se pone por encima de otros, sobre todo si moralmente se siente mejor que otros. Cada uno que se siente moralmente superior o mejor es como que enjuicia, juzga a otro y lo excluye de su corazón y eso demuestra que el amor que sirve a la vida es distinto, está más allá de la diferenciación entre el bien y el mal. Y ahora si una pareja se mira, el hombre mira a la mujer y la mujer mira al hombre y cada uno le dice al otro: "Sí, estoy de acuerdo contigo tal como eres, así como eres yo te amo". Qué felicidad de repente, ninguno trata de cambiar al otro ambos permanecen abajo, común y así se aman y son sanos.


¿Existe ese tipo de aceptación del otro?

Si las personas van bastante a las constelaciones lo irán aprendiendo.


Ahí estaría el secreto...

Eso es un secreto, sí, pero no solamente porque uno vaya a una constelación. Las Constelaciones Familiares sacan a la luz estos órdenes y cuando más esto se expande y las personas van sabiendo como tratar el tema, tanto mas fácil se va haciendo. Quieres que te dé otro ejemplo?


¡Me encanta!

Una mujer me mandó una carta, nunca había ido a una Constelación Familiar, solamente había leído mi libro "Ordenes del amor" y entonces repentinamente se dio cuenta que en su familia había personas excluidas y estaba preocupada por su hija. La hija había cortado todo tipo de contacto con ella hacia muchos años, entonces se dio cuenta que había dos personas que habían quedado excluidas en forma específica: la primera mujer de su marido y el papá de su marido, o sea su suegro.
Entonces a la noche prende una vela en memoria de la primera mujer de su marido y la recordó con amor, se inclinó ante ella, hizo una reverencia y le dijo: "te doy mi honra". Al día siguiente hizo lo mismo, prendió una vela se imaginó al papá de su marido, se inclinó ante él y le dijo: "Te doy la honra".
Al día siguiente llamó la hija: "Mamá voy para allá" eso es orden, muy facil, muy simple.


Si bien antes dijo que el amor era el que establecía el orden. ¿Existe algún otro sentimiento capaz de mejorar las relaciones?

Siempre es el amor, pero no ese amor que muchos imaginan.
Algunos aman exclusivamente, es decir, que excluyen a otros de ese amor y eso tiene consecuencias graves. ¿Y quién es el que en primer lugar se le excluye del amor? Aunque suene muy raro es la madre, la persona que tenga excluida a la mamá, no puede amar a ninguna otra persona, tampoco a su pareja, tampoco a los propios hijos. ¿Y entonces dónde comienza el gran amor? Con la madre.


¿Y cuando esa persona dice que ama qué es lo que siente si no es amor?

Cuando le dice a la pareja "te amo" ni siquiera lo ve. En la pareja busca reemplazar a la madre que niega, en la pareja pone las mismas esperanzas que para con la madre, las expectativas, con eso está como sobre-exigida la pareja y esa relación se va a separar.


En la mayoría de las personas hay cierto grado de conflicto con los padres, ¿esto implicaría que las relaciones de pareja en general no estarían bien conformadas?
Es decir, desde donde empezamos a establecer un nuevo orden, si es que se puede, cuando ya generacionalmente venimos viviendo un desorden que heredamos, lo vivimos y además lo delegamos a mis hijos. Cómo se restablece el orden cuando pertenece a tantas generaciones?

Uno no puede trabajar el amor hacia la madre. Este es un amor espiritual primero y surge de un reconocimiento de la madre de una manera espiritual. Entonces hay conceptos muy extraños acerca de la madre y en ese sentido por supuesto también hacia los padres, muchos dicen mi mama o mi papá como si les pertenecieran. No hay ninguna madre que pertenezca al hijo, el hijo pertenece a la madre y ningún padre pertenece al hijo, el hijo pertenece al padre. ¿Y cómo puede ser que tengamos a esa madre y a ese padre?, son un regalo y de una manera que ellos están determinados para nosotros, tal como son. Tal como ellos son para nosotros son un regalo de Dios, si esto me permites que lo diga así porque de dónde proviene realmente eso no lo sabemos. Cada uno de nosotros tiene un sentido, una determinación y un destino especial, eso no lo puede elegir, viene determinado desde otro lugar y eso lo determinan los padres que a nosotros nos son dados. Es decir, que cuando yo miro a mi mamá miro más allá de ella, mirando algo mas grande y entonces ante eso le digo: "Si, tal como es así eres, mi mamá y así como eres te amo" ¿inmediatamente uno nota la diferencia no? Ese es otro nivel y no tiene ningún tipo de exigencia, sin ningún reproche y es profundo. Y cuando así la miro a mi madre ¿Qué ocurre con ella? Abre su corazón.
Hace poco tuve una emisión por radio en Polonia, bastante larga, el tema era: ¿Qué es lo que hace feliz a las personas? tuvimos dos encuentros de 45 minutos y algunos invitaron a los padres para que juntos escucharan ese programa y después varios de ellos mandaron cartas a la radio: "Cuando nuestros padres escucharon eso comenzaron a llorar!" Eso es lo que siempre habían querido escuchar.


Esta es la segunda vez que tengo la oportunidad de charlar con usted y una de las cosas importantes que aprendí es que la madre de una persona es determinante en la vida, es el personaje más importante de todos. ¿Es correcto?

Sí por mucho, y allí donde se logra establecer la relación con la madre, todas las demás relaciones también se dan. La persona que ama a su madre se le nota enseguida, su rostro esta radiante y las demás personas aman a esa persona y él ama su trabajo y también encuentra trabajo y siempre tiene dinero. El que no tiene dinero no tiene madre, está separado de la madre, el que no tiene trabajo está separado de la madre, el que no tiene pareja está separado de la madre, ¿entonces dónde comienza la felicidad y dónde comienza la salud? Con nuestra madre...




Entrevista realizada en el mes de Julio de 2006
por M. Magazian

sábado, febrero 17, 2007

Poema

El Amor llena lo que el orden abarca
El uno es el agua, el otro el jarro.

El orden recoge,
el amor fluye.
Orden y amor se entrelazan en su actuar.

Como una melodía, al sonar, se guía por las armonías,
así, el amor se guía por el orden.
Y como el oido dificilmente se habitua a las disonancias,
por mucho que se expliquen,
así nuestra alma dificilmente se hace
a un amor sin orden.

Algunos tratan a este orden
como si no fuera mas que una opinión,
que pudieran tener ó variar a gusto.

En realidad, empero, nos viene dado:
actúa aunque no lo entendamos.
No se idea, se encuentra.
Lo conocemos, igual que el sentido y el alma,
por su efecto.

Bert Hellinger

jueves, noviembre 23, 2006

Roger G. Janov - Terapeuta en terapias de reconciliación

Nadie hubiera sospechado hace tan sólo diez años que la psicología de familia adquiriría una nueva dimensión que desbancaría a todas las demás. Brotando con una fuerza expansiva que ha asombrado incluso a su propio creador, Bert Hellinger, las Constelaciones Familiares, o «colocar a la familia», es ya una realidad en el mundo de la psicoterapia de grupo desde su modesta aparición a mediados de los años ochenta.

Ahora hay ya al menos en Europa más de 150 profesionales formalmente acreditados que la practican, surgidos en poco más de una década, y eso que su propagación aún no ha llegado masivamente a América, lugar donde está ya alcanzando un modesto éxito. Indudablemente su triunfo se debe, no solamente a la eficacia de la terapia, sino a su relativamente sencilla aplicación y al entusiasmo inmediato que despierta entre los participantes.

Por ello, las Constelaciones Familiares merecen una mirada y una reflexión. Fundamentalmente, porque la satisfacción de sus clientes le concede el beneficio de la duda acerca de sus posibles efectos sanadores. Y además, porque aporta una perspectiva generalmente desestimada en las psicoterapias (y en la psicología en general), que reconoce la transmisión, a través de las generaciones, de conflictos, preocupaciones familiares y modos de comportarse que derivan en, o de alguna forma determinan, los problemas psicológicos actuales. Esta perspectiva «hereditaria» dicen que no depende de la transmisión genética, pero entonces no es posible explicarlo mediante otro método conocido hasta ahora. A falta de una hipótesis clara, de la exposición de sus autores se deduce que tal herencia posee más bien el carácter de una transmisión cultural. A tal perspectiva se le debe conceder la duda de su interés clínico, sin perjuicio de los reparos acerca de su validez o de la dificultad de comprobarla.

La idea de que los antepasados, su influencia, sus vivencias, son una parte importante en la vida de las personas, se encuentra extendida entre la mayoría de las culturas tradicionales del planeta, existiendo férreas tradiciones en América Latina, África, China y Japón, incluso entre las clases económicamente poderosas.

En la Europa antigua, el culto a los antepasados era también un elemento comúnmente aceptado, y por eso se erigían altares hogareños para tenerlos siempre presentes. La pervivencia de algunas fiestas paganas dentro del marco cristiano actual, como la celebración del Día de los Difuntos, nos recuerda que, aunque casi borrada de nuestra conciencia, el alma familiar sigue viva y presente. Sin embargo, debemos reconocer que en occidente en general, la figura de los difuntos familiares ya no tiene el peso de antaño, como tampoco la tienen los ancianos, ni siquiera para consultarles.

Una terapia eficaz

¿Cómo buscar causas de comportamiento en familiares desaparecidos, de los cuales apenas si guardamos unos someros recuerdos, mayormente por boca de nuestros padres? Aunque todos admitimos que los genes heredados nos forman nuestra identidad, resulta poco fiable describir el comportamiento de personas hace tiempo fallecidas. Al menos, nos faltará objetividad. Sin embargo, hay algo en estas terapias que las hace eficaces, especialmente si tenemos en cuenta la opinión de los participantes, aunque todavía no sabemos si los resultados quedan consolidados.

Normalmente las sesiones tienen el formato de seminarios de dos o tres días que permiten tratar grupos familiares distintos. Los participantes acuden movidos por el deseo de superar algún problema concreto, que puede variar por todo el espectro del malestar psicológico.

Los grupos de terapia son de entre 15 a más de 50 personas, existiendo diversas clases de asistentes a una reunión o seminario: los participantes o buscadores (clientes), los representantes, los simplemente espectadores y el terapeuta o coordinador. Los primeros, de a uno, irán exponiéndole al terapeuta el tema a «representar»: problemas económicos, dificultades en su pareja o en su familia, y problemas de salud tanto física como mental.

Cada participante intentará tener presente su árbol genealógico, porque el terapeuta comenzará a preguntarle sobre sucesos trágicos o conflictivos en su familia de origen. A lo largo de la jornada de trabajo, cada persona sale a exponer su caso y el terapeuta escucha a la persona y le hace las preguntas necesarias para aclarar la cuestión, incidiendo en aquellos temas que estén relacionados con la historia familiar (parientes excluidos, muertes prematuras, víctimas de conflictos, emigrados). En algunos casos, se elabora un genograma (gráfico que muestra los miembros que conforman la familia) para clarificar el esquema genealógico.

A continuación, el cliente elige de forma intuitiva entre el resto de los asistentes a los que representarán a los miembros de su familia, incluido él mismo, pues durante la configuración el interesado adopta un papel pasivo como observador externo de la escena.

Dispuestos en círculo y por turnos, cada participante expresa de viva voz y de forma muy breve en qué consiste tal demanda, para pasar inmediatamente a configurar a su familia (a colocarla, según la denominación original). Como hemos dicho, antes de empezar el coordinador o terapeuta del grupo se informa también sucintamente sobre la estructura de la familia, y de forma especial sobre eventos pasados relevantes que el cliente pueda recordar: fallecimientos prematuros, enfermedad mental, pérdidas importantes.

Representación ficticia

El terapeuta elegirá qué miembros de la familia serán representados primero y el participante elegirá entre el público a personas que representen a su familia e incluso a él mismo. El participante colocará a estas personas en el lugar y en la dirección que intuitivamente sienta. También se pueden elegir miembros o representantes que tengan que ver con el tema de la Constelación. Una vez colocados los representantes, se sienta y observa.

En la representación toman parte sin excepción los padres y hermanos, con frecuencia también abuelos, tíos u otros miembros cuya participación el coordinador juzga conveniente, y con independencia de si están o no con vida. Si es preciso, el proceso se remonta a cuantas generaciones el cliente pueda recordar. En ocasiones intervienen también personas no emparentadas o incluso circunstancias: puede elegirse un representante para una enfermedad o para la ocupación laboral de algún miembro, para un accidente acaecido, etc. Siempre que el coordinador lo considere determinante para la comprensión de una constelación familiar concreta.

Muy chocante resulta para el profano que todos los familiares fallecidos prematuramente, los bebés nacidos muertos, e incluso en ocasiones los abortos, deben estar representados en la constelación (en otro apartado se verá la razón de este proceder.) Una función especialmente importante la desempeñan también todos aquellos parientes que por algún motivo especial (alcoholismo, homosexualidad, crimen, enfermedad) fueron en su momento excluidos de la familia. También las parejas anteriores de padres y abuelos pueden ser representados, sobre todo si desaparecieron del panorama familiar por fallecimiento o por cualquier otra circunstancia forzosa o no deseada.

Una vez elegidos los participantes que actuarán en la configuración, y puestos éstos en pie, esperan a ser «colocados» por el interesado. Para ello, éste los empuja suavemente por la espalda hasta lograr para cada uno de ellos una determinada posición y orientación en la estancia. Cuando todos los representantes han sido colocados se observa una primera configuración de la familia, caracterizada por las posiciones relativas de unos miembros respecto de otros, y que se supone son la proyección de la imagen que el cliente tiene de ella.

Tras dejarle actuar unos segundos sobre los representantes, el coordinador pregunta a cada uno de ellos cómo se encuentra en esa ubicación y orientación concreta, lo que incluye emociones, sensaciones corporales y especialmente posibles tensiones percibidas. Esta pregunta está formulada en un sentido psíquico, puesto que los representantes deben expresar el puro sentir aquí y ahora, sin aderezarlo ni contaminarlo con explicaciones, razonamientos o justificaciones de ningún tipo.

Luego el coordinador explica los esquemas de funcionamiento del sistema que se está trabajando, pidiéndoles que actúen correctamente. Este es un proceso clarificador, en el que el cliente puede reconocer la realidad del sistema.

Allí se desencadena lo que Bert Hellinger denomina un proceso fenomenológico: los «sustitutos» (representantes) comienzan a actuar como las verdaderas personas, e irán diciendo lo que perciben y sienten, y guiados por el coordinador se moverán hacia posiciones más cómodas, e incluso el terapeuta podrá elegir nuevos representantes para distintos miembros de familias, vivos o fallecidos, o para sensaciones abstractas como una enfermedad, la muerte, el dinero o el amor, que vayan surgiendo en el acontecer de las representaciones familiares.

Como respuesta a este sentir, y siempre bajo la dirección del coordinador, la configuración inicial va cambiando poco a poco a través de reposicionamientos, hasta que se logra un grado de bienestar aceptado por todos. El proceso puede revelar que algún personaje importante fue omitido al inicio; en ese caso otros participantes son invitados a sumarse a la escena. Cuando se llega a la configuración final (lo que se llama la solución), el interesado (cliente) se incorpora tomando el lugar de su representante.

Los cambios que han sucedido y la imagen final de la familia suelen resultar altamente significativos para el cliente, que por lo general manifiesta sentirse finalmente aliviado y haber conseguido un importante grado de comprensión y de implicación con sus circunstancias familiares. Es frecuente que se sienta emocionalmente muy conmovido, pero no sólo él o ella. Sorprende la facilidad con la que intensas emociones e incluso lágrimas fluyen entre los propios representantes. La configuración de una familia se remata con la pronunciación de algunas frases sencillas, que poseen un cierto carácter ritual y que están encaminadas a clarificar relaciones. Se puede sugerir, por ejemplo, que una hija le diga a su madre (recordemos que estamos hablando de representantes y no de madres e hijas reales): «Yo sólo soy la hija, los problemas de tu matrimonio son cosa tuya», o que un hombre se dirija a la fallecida primera esposa de su padre: «Gracias a tu muerte he podido nacer yo y te honro por eso». La reacción de los otros miembros a la pronunciación de estas frases sirve para evaluar si sus contenidos son acertados, y si las tensiones se han aliviado.

El participante queda aliviado

Si ello es así, los cambios en la configuración habrán tenido un efecto positivo en el interesado. Todo el proceso puede durar entre 15 minutos y una hora. Aunque no es tan habitual, también es posible configurar la familia actual en lugar de la de origen siguiendo el mismo proceder.

A continuación, el coordinador puede proponer la creación de un nuevo tipo de imagen sanadora, situando a los representantes o a la persona de otra manera. El proceso sanador culmina con la reconciliación y la restauración del orden.

El desenlace de estas manifestaciones expresará los vínculos de amor y dolor que unen a las familias, pudiendo salir a la luz razones y secretos. Es entonces cuando aparece una «imagen-solución» donde existe un orden espacial básico, y en el cual todos los miembros (representantes) se sienten bien, lo que provoca un alivio para el participante y será el comienzo para la resolución de sus relaciones negativas existentes.

Para sintetizar lo dicho hasta ahora puede decirse que, según la idea general de las Constelaciones Familiares, cada miembro de una familia debe ocupar un determinado puesto respecto de los demás, en el que se sienta aceptado y respetado, y asumir las responsabilidades y funciones que le son propios (pero no más). En el transcurso de una Constelación Familiar, los lugares físicos que ocupan los representantes se consideran una metáfora de este orden familiar, o para ser exactos, de la imagen que el cliente tiene de ese orden. Así, la asunción terapéutica básica mantiene que, a través de las Constelaciones Familiares, esta imagen cambiará para bien, es decir, en la dirección de aliviar tensiones y distorsiones y procurando así un efecto sanador.

Roger G. Janov
Terapeuta en Terapias de Reconciliación

Publicado en la revista NATURAL

miércoles, octubre 11, 2006

Definición

Dede nuestro nacimiento, tod@s formamos parte de un sistema familiar y estamos ligados por profundos lazos de amor y lealtad, lo reconozcamos o no. A este sistema pertenecen nuestros padres, herman@s, cónyuges, hij@s, las generaciones pasadas y las personas que de alguna forma se han visto implicadas en el destino de nuestra familia.
Estas implicaciones pueden manifestarse como transtornos físicos, psíquicos, en la dificultad de encontrar pareja, en el trabajo, en un comportamiento conflictivo con algún miembro del sistema familiar,...
Ante una circunstancia, situación, personas, familia, tenemos una imagen, unos pensamientos, sentimientos, que tienen sus efectos. En un problema hay, posiblemente, un desorden (consciente o inconsciente) que lo esta originando.
Las CONSTELACIONES FAMILIARES permiten descubrir las dinámicas ocultas e implicaciones sistémicas, restablecer el orden familiar, de trabajo, de pareja, de relaciones, etc., fácilmente y cambiar esa imagen y la comprensión del problema. La nueva imagen obra sus efectos positivos, da alivio e integración, no sñolo para la persona que constela sino también para todas las pesonas implicadas. Se reatablece el respeto y aparecen soluciones que hacen fluir el amor para el bienestar de todos los miembros de la familia.

Since our birth, we all are part of a familiar system and are bound by deep bows of love and loyalty, we recognize it or no. To this system our parents belong, brothers, sisters, husband, wife, children, the last generations and the people who of some form have been themselves implied in the destiny of our family. These implications can be pronounced like physical, psychic transtornos, in the difficulty to find pair, the work, a conflicting behavior with some member of the familiar system... Before a circumstance, situation, people, family, we have an image, thoughts, feelings, that have their effects. In a problem there is, possibly, a disorder (conscious or unconscious) that this originating. The FAMILIAR ORDER allow to discover dynamic hidden and the sistemic implications, to restore the familiar order, of work, pair, relations, etc., easily and to change to that image and the understanding of the problem. The new image builds its positive effects, gives to lightening and integration, not sñolo for the person who constela but also for all pesonas implied. It restores the respect and appears solutions that make flow the love for the well-being of all the members of the family.

Mª José de Trueba

Cómo se trabaja en Constelaciones Familiares

La persona que quiera trabajar un asunto que le hace sufrir expresa el motivo que desea constelar y los sucesos importntes ocurridos en la familia, no los pensamientos ni sentimientos ni juicios. Después elige a representantes para aquellas personas que integran su sistema familiar, actual (pareja, hijos,...) o de origen (padres, herman@s,...), incluyendo un/una representante para sí mism@ colocándol@s en un espacio determinado y orientándol@s intuitivamente. A partir de ahí se despliega la dinámica de comprensión de los fenómenos y del sistema familiar. La finalidad última de una constelación es la sintonía del/de la participante con su propio destino.
Así, a través de la apertura a la propia realidad familiar, la exteriorización y comprensión de los sentimientos de l@s participantes y, finalmente, el uso de frases curativas, gestos corporales, se forma e interioriza una nueva imagen encaminada a soluciones alternativas y al asentamiento consciente con el propio destino.
Cuando la imagen interna y respeto estan unidos, caundo se hace consciente lo inconsciente, se vive y se toma la relaidad tal cual es, y la persona sigue su curso de vida fluida y libre.

The person whom it loves to work a subject that makes him suffer it express the reason that wishes to constelar and the happened events importntes in the family, not them thoughts neither feelings nor judgments. Later it chooses to representatives for those people who integrate their familiar, present system very intuitively (even, children...) or of origin (parents, brothers, sisters,...), including un/una representing for himself being placed in a certain space and orienting them. From the dynamics of understanding of the phenomena and the familiar system unfolds there. The last purpose of a constellation is the syntony del/de the participant with its own destiny. Thus, through the opening to the own familiar reality, the exteriorización and understanding of the participant feelings and, finally, the use of healing phrases, corporal gestures, understanding forms and a new image directed to alternative solutions and the conscious establishment with the own destiny. When the internal image and respect estan united, caundo becomes the unconscious thing conscious, it is lived and the relaidad is taken so as it is, and the person follows her course of fluid life and frees.

Conferencia Bert Hellinger - Los movimientos del Alma

El tema de mi conferencia de esta noche es “Los movimientos del alma”. ¿Qué significa eso exactamente?
Hay que verlo en relación con el trabajo de Constelaciones Familiares. El trabajo con Constelaciones Familiares es el método más importante con el que yo intento ayudar a familias y a personas individuales.
Para aquellos de vosotros que todavía no conocen tan bien este trabajo, lo explicaré brevemente.
Cuando alguien tiene un problema, que quizás tenga que ver con su familia (por ejemplo si una persona ve que en su familia ha habido varios miembros que se volvieron psicóticos, a través de varias generaciones), se puede suponer que en la familia hubo algún suceso especial, por lo que se mira de encontrar soluciones para dar un giro positivos a estos destinos tan difíciles. Y para esto sirve el trabajo con Constelaciones.
Por tanto, cuando un cliente viene a un grupo y relata el problema, con la ayuda de los demás participantes del grupo se configura su familia, bien sea su familia actual o la familia de la que proviene. Elige de entre los presentes a representantes, por ejemplo, para su padre, para su madre, para sus hermanos y también para sí mismo.
Después configura estas personas, las va posicionando y relacionando en el espacio y, si lo hace de forma centrada, algo surge que a él mismo lo sorprende. Por ejemplo, ve de repente que todos miran en una misma dirección y con esto se puede deducir que todos están mirando a alguien que fue olvidado o excluido. Así, cuando uno pregunta, el cliente de repente se acuerda deque la madre de su madre murió en el parto. Donde algo así ocurre en una familia, los demás lo sienten como miedo. Por tanto, preferirían no mirarlo. Pero la Constelación muestra que todos están mirando allá, y el alma del individuo mira también hacia allá.
Y así yo, como terapeuta, elijo a una representante para aquella mujer que murió en el parto y la pongo delante de los demás representantes. De repente los sentimientos de todos los implicados cambian. Quizá, antes estaban rígidos y ahora pueden moverse y se dan cuenta de la importancia que aquella mujer tiene para ellos. Quizá una hija de aquella familia se acerca a la abuela y la abraza con un profundo amor y ahí se puede ver que esa hija, que nunca conoció a la abuela, está vinculada con ella mediante un profundo amor.
Si uno luego investiga, la madre tal vez diga: “Si, esta hija ya varias veces dijo que quería morirse”. Es decir, esa hija quiere ir con la abuela muerta. De repente sale a la luz una conexión entre aquella abuela y la nieta. Eso es lo que yo llamo implicaciones sistémicas.
Por tanto, a través del trabajo con Constelaciones Familiares muchas veces se muestra que alguien pretende imitar a otro miembro de la familia, es decir, que quiere tener el mismo destino que otra persona, sin que esa persona sepa nada de la otra.
Y así de repente, a través del trabajo con Constelaciones, se revelan unas leyes, unos órdenes, según los cuales las personas se comportan, muchas veces en su propio detrimento, porque interiormente quisieran ayudar a otra persona, pero no pueden hacerlo. Si esa hija muriera, nada se solucionaría. La abuela no se encontrará mejor y todo el resto de la familia también estará peor.
Por tanto, con la ayuda del trabajo con Constelaciones, haciendo pequeños cambios en la imagen, o sacando los movimientos profundos del alma o también las frases secretas del amor, uno puede liberar a otras personas de esas implicaciones.
Es decir, volviendo sobre el ejemplo de antes, si aquella nieta va hacia su abuela, yo le pido que le mire a los ojos y le diga: “Querida abuela, me gustaría morir como tú, por amor hacia ti, para guardar tu memoria”. Así sale a la luz el profundo amor de esa nieta a su abuela.
¿Y cómo reacciona la abuela, entonces? Ella le dice: “Querida nieta, puedes venir conmigo más tarde, cuando ya te hayas hecho grande y vieja, entonces te esperaré. Pero ahora me alegro si sigues con vida. Te bendigo, si sigues con vida”. Así la nieta puede tomar aquello de la abuela y en vez de querer morir por amor a la abuela, ahora, por amor a la abuela, quiere vivir.
De este modo, a través de las Constelaciones Familiares se pueden iniciar y también mostrar unas soluciones preciosas para toda la familia.
Eso sería la parte de fuera, pero en el trabajo con Constelaciones ocurre algo extraordinario: los representantes, una vez configurados, sienten de la misma manera que las personas reales que ellas representan, sin que las conozcan. A veces incluso desarrollan los síntomas de las personas que ellos representan. De pronto, alguien se queda sin aliento, no puede respirar, y preguntando uno puede saber que la persona que él representa tiene asma... o la voz cambia... o alguien de repente tiene la expresión de una rabia asesina y recibimos la información de que la persona que representa tenía ese tipo de rabia asesina contra otro miembro de la familia.
La pregunta es: ¿cómo es posible este fenómeno: que alguien lo perciba inmediatamente, sin saber nada de todo ello?
Yo tengo una explicación, una imagen. No sé si es exacta. Todas estas cosas son misteriosas. Pero la imagen que yo me hago, es la mejor para explicarlo.

El alma

Ahora diré algo sobre el alma, ya que el tema de esta conferencia es “los movimientos del alma”. ¿De qué alma se trata en este caso?
Aquí, entre nosotros, en el mundo de Occidente, bajo la influencia del cristianismo -pero si lo miramos bien, no fue el cristianismo, sino la filosofía griega que más tarde fluyó también en el cristianismo-, tenemos la idea de que cada persona tiene un alma, le pertenece, tiene que cuidarla, incluso tiene que salvarla, como si se pudiera perder.
Algunos incluso tienen la imagen de que el alma esté encerrada en el cuerpo, como en una prisión, y el alma desearía salir de esa prisión, para por fin dejar atrás al cuerpo y llegar al cielo, sin ese lastre. Es una imagen muy extraña.
Solamente quisiera aportar una diferenciación, para que veáis lo absurdo que es. Un hombre ama a una mujer. ¿Cómo la puede amar, si ambos llevan un alma en su interior, presa de su cuerpo? ¿Cómo pueden entrar en relación el uno con el otro? ¿Cómo pueden amarse, cómo podrían comprenderse, y si se miran a los ojos, por qué pueden mirar al corazón del otro, si cada uno está con su alma? No.
Ellos dos tienen un alma en común lo cual significa que ambos participan en un alma mayor. No es que cada uno de nosotros tengamos un alma, sino que todos nosotros pertenecemos a un alma más grande.
Cuando lo comprendemos nos volvemos serenos, el corazón se abre de par en par.
De repente podemos ver a todos aquí en una Gran Alma. Sabemos que estamos unidos con todos y que todos nosotros somos iguales en esta Gran Alma.
Esto es una idea muy bella, y en el trabajo con Constelaciones se evidencia que nos hallamos en un alma grande. Así es posible que sepamos qué es lo que ocurre en otras personas que ni siquiera conocemos. Esas personas pueden influir sobre nosotros. De repente podemos sentir como ellos, como si nos poseyeran, como si tomaran posesión de nosotros, y así, cuando esto ocurre, ya no somos nosotros los que tenemos que hacer nada, sino que el alma obra para ayudar a todos - siempre y cuando nosotros nos entreguemos a ella y nos abandonemos a los profundos movimientos del alma.
Pero, ¿quién sabe hacer esto? Muy pocos lo saben hacer. ¿Por qué? Hay algo que se opone.

La conciencia

Y ahora tocaré un tema muy difícil. Al alma y a los movimientos del alma, se opone algo que tradicionalmente estimamos muchísimo, como si fuera algo muy especial, incluso, pensamos que Dios mismo nos lo dio: la conciencia.
Muchos dicen “la conciencia es la voz de Dios en mi alma”. Pero si os fijáis bien, cuando una persona dice “yo lo hago siguiendo mi conciencia”, “mi conciencia me obliga a hacer esto”, por regla general, ¿qué es lo que hace?
Quien de esta manera se remonta a su conciencia, por regla general le hace daño a otra persona. ¿Y eso lo habrá hecho por un mandamiento de Dios? No, la conciencia no tiene nada que ver con Dios.
Mirando cómo funciona esa conciencia, primero sentimos que tenemos un sentimiento de culpa y, a veces, muchas veces, un sentimiento de inocencia. Cuando nos sentimos inocentes nos sentimos bien, y también ligeros y serenos. Sintiéndonos culpables nos sentimos cargados, no nos encontramos tan bien.
Es decir, la conciencia nos dirige a través de un sentimiento agradable, eso sería la inocencia, y a través de un sentimiento desagradable, lo cual sería la culpa.
Algo similar ocurre en nosotros con el sentido del equilibrio. Si estamos en equilibrio, nos sentimos seguros. En cuanto nos salimos del equilibrio, la sensación es tan desagradable, que inmediatamente procuramos recuperar el equilibrio. También el sentido del equilibrio nos va dirigiendo a través de un sentimiento agradable y otro desagradable. No es nada más que un sentido muy normal e instintivo, pero no es ciego, porque de inmediato percibe lo necesario. Por tanto, al mismo tiempo es sabio. Mirando este ejemplo, tal vez podamos comprender mejor, más fácilmente, cómo actúa la conciencia.
También la conciencia es un sentido instintivo, con el que inmediatamente podemos percibir algo que para nosotros resulta bueno o peligroso.
¿Cuál es, pues, la meta de la conciencia? La conciencia nos vincula con nuestra familia. Cuando un hijo hace algo que le asegura la pertenencia a la familia, si se comporta -como nosotros decimos- “bien”, este hijo se siente inocente. Pero “inocente” no únicamente significa que puede estar contento de formar parte de la familia y puede estar seguro de poder formar parte. Si, en cambio, el hijo hace algo que en la familia se considera malo, este hijo desarrolla una mala conciencia y esa mala conciencia es tan desagradable que el hijo corregirá su comportamiento para volver a ser “bueno”, como solemos decir. Y así puede volver a estar seguro de su pertenencia.
Es decir, con la ayuda de la conciencia, en cualquier momento percibimos aquello que asegura la pertenencia y aquello que la pone en peligro, y eso no solamente es válido para nuestra familia, también es válido para cualquier otro grupo.
Por ejemplo, nosotros ahora aquí formamos un grupo, cualquiera de nosotros sabe cómo tiene que comportarse para poder permanecer aquí. Ahora estáis aquí sentados en vuestras butacas y me estáis escuchando atentamente y sabéis: “si me comporto así, puedo quedarme”. Si ahora alguno empezara a hacer ruido, molestando a todo este grupo. - ¿Qué hacemos entonces? Le echaremos y pierde la pertenencia a este grupo. Y cualquiera sabe de forma instintiva que si se comportara así, le pasaría eso. Por tanto, no lo hacemos, porque sería tan desagradable hacer ese ridículo, que lo dejamos estar.
Todo grupo tiene determinadas reglas que uno tiene que respetar para formar parte, y uno sabe que si infringe esas reglas, pierde la pertenencia al grupo.
Por tanto, no tenemos solamente una conciencia, sino que tenemos muchas. Por ejemplo, tenemos una conciencia con nuestra madre, y otra con nuestro padre. Aquello que le parece bien al padre, a veces para la madre no es nada. Y al revés. Con la ayuda de la conciencia sabemos exactamente cómo tenemos que comportarnos con la madre y cómo con el padre. O un niño sabe que en el colegio se tiene que comportar de una manera distinta que en casa, y entre los amigos, de otra manera que en casa. Y en el club de fútbol, diferente que en la iglesia...
Siempre nos damos cuenta inmediatamente de qué tenemos que hacer para formar parte y qué tenemos que evitar para no perder esa pertenencia. Suena muy fácil, pero ¿qué es lo que esa conciencia hace realmente? Inicia una distinción en el mundo. A saber, la distinción entre el bien y el mal. Bueno es aquello que nos asegura la pertenencia, malo es aquello que la pone en peligro.
Si ahora alguien infringe las reglas de una familia, ella, con la conciencia absolutamente tranquila, lo excluirá. Así, esa conciencia se vuelve mala, ese sería el marco estrecho.
Pero fijémonos ahora en las relaciones entre diferentes grupos. Por ejemplo, en un pueblo como la Argentina. Aquí hay diversos grupos: los unos se sienten mejores, otros son considerados inferiores; algunos son venerados, otros son desterrados. Y todo esto con la ayuda de la conciencia. Esta conciencia es la que sentimos y es relativamente simple de comprender.
Pero volviendo ahora al ejemplo de un principio. Hablando, por ejemplo, de los movimientos que se van desarrollando cuando la nieta pretende seguir a su abuela a la muerte. Por una parte veremos que esa nieta se siente buena, ya que siente el amor hacia su abuela, y muy profundamente en su alma está convencida de hacer algo bueno.
Pero si miramos a la familia como un conjunto, y no solamente a la familia más inmediata (el padre, la madre y los hijos), sino también las generaciones anteriores, vemos que existen patrones repetitivos. Toda la red familiar se comporta como si tuviera una conciencia común. Esa conciencia no se puede sentir, únicamente se muestra a través del trabajo con Constelaciones.
Esta conciencia sigue a leyes totalmente distintas que la conciencia que nosotros sentimos. Os daré un ejemplo. Vino a verme un hombre que dijo que acaba de saber que en su familia durante los últimos cien años, varios hombres se suicidaron, siempre a la edad de 27 años y siempre un 31 de diciembre. Es curioso, ¿no? El hombre era abogado, y empezó a investigar para saber qué había ocurrido. Observando ese patrón en su familia, se dio cuenta de que un primo suyo iba a cumplir los 27 años y que el 31 de diciembre se estaba acercando. Así fue a verlo para advertirlo, y ese primo ya había comprado un revolver para pegarse un tiro. El abogado pudo disuadirlo. Al final, sus investigaciones dieron el siguiente resultado: el primer marido de su bisabuela murió con 27 años un 31 de diciembre. El hombre siguió investigando y supo que esa bisabuela, poco después, se casó con otro hombre, que fue su bisabuelo. Y estos dos envenenaron al primer marido de la bisabuela.
Es decir, algo ocurrió hace muchísimos años y, sin embargo, seguía actuando a través de las generaciones en esa familia, de una forma que nos tiene que espantar. ¿Qué ocurre aquí? La conciencia común, la conciencia inconsciente colectiva de esa familia no permite que nadie sea excluido, que nadie sufra ninguna injusticia, sin que más tarde esta persona excluida, en este caso, el asesinado, fuera representado a través de otros miembros de la familia, que toman sobre sí el mismo destino. En este caso, el destino de morir a la misma edad el mismo día, hasta que aquel hombre del principio, el primer marido de la bisabuela, pueda salir a la luz de nuevo. De manera que surja la injusticia que él sufrió, para que le den la honra y sea reintegrado, y vuelva a ser de nuevo un miembro de esa familia.
Esta conciencia sigue una ley importante. Esa ley dice: cualquier miembro de la familia, independientemente de cómo sea, tiene el mismo derecho a la pertenencia que todos los demás.
Por tanto, en esta conciencia, la distinción entre bueno y malo, como lo establece la conciencia personal, no existe. En cambio, busca mantener la integridad de toda la familia, pero de una manera que no le ayuda a nadie. Porque no le ayuda nada al primer marido de la bisabuela el hecho de que, años después, tres hombres o más se suiciden a la misma edad, el mismo día. Lo único que ocurre es que la desgracia se perpetúa.
¿Cómo se puede salir de este círculo vicioso? No podemos hacerlo con la ayuda de la conciencia. Tienen que obrar otras fuerzas para que esto se logre y eso es lo que yo llamo los movimientos del alma: los movimientos de la gran alma de la que todos participamos. Esta Gran Alma quiere reintegrar a todos los que están separados. En este caso lo hice de la siguiente manera.
Ese abogado que encontró esos hechos terribles sobre el marido de su bisabuela acudió a mi, presa del pánico, en peligro agudo de suicidarse. Fui con él a mi habitación, le dije que se apoyara de espaldas en una de las paredes y en el otro lado se imaginara al primer marido de su bisabuela y le dijera: “Sé lo que hicieron contigo, yo te honro y te doy un lugar en mi corazón y, por favor, mírame con buenos ojos si sigo con vida”. E inmediatamente pudo sentir cómo ese primer marido de su bisabuela le miró amablemente. Este hombre había sido reintegrado en la familia y para mi cliente el peligro de suicidarse había acabado. Nunca más lo sintió.
Al mismo tiempo también le dije que mirara a su bisabuela y a su bisabuelo y les dijera “Sé lo que hicisteis, vosotros le matasteis. Ahora vosotros tenéis que asumir la culpa”. De modo qué él ya no tenía que hacerse cargo de esa culpa, porque lo que estaba ocurriendo era que aquellos que se habían suicidado eran al mismo tiempo asesinos y víctimas. Es decir, al mismo tiempo estaban identificados con el primer marido de la bisabuela y también, con los asesinos, la bisabuela y su segundo marido.
¿Cómo actúa ahora la Gran Alma? La Gran Alma hace que tanto las víctimas como los perpetradores se encuentren en un mismo nivel. Al final, las víctimas tienen que admitir a los perpetradores muertos. Los perpetradores muertos tienen que ponerse al lado de las víctimas muertas, echarse a su lado y sentir con ellos el dolor. Y así quizá puedan encontrar la paz.
Quisiera explicarlo también con otro ejemplo. El año pasado estuve en Israel y también allí hice Constelaciones Familiares y una mujer contó que su padre fue asesinado por un árabe. Así configuramos a tan sólo dos personas: al padre de esa cliente, es decir, un israelí, y su asesino, cuyo representante fue también israelí. Estaban el uno en frente del otro. El perpetrador tenía grandes dificultades para mirar a los ojos de su víctima. Primero se retiró moviendo el puño y después, muy poco a poco, empezó a mirar al otro. De repente entre ellos dos empezó a desarrollarse un amor muy profundo. El representante del asesinado extendió su brazo y el otro, bajo un dolor intenso, empezó a acercarse a él. Finalmente se abrazaron durante mucho tiempo, muy entrañablemente. Después el representante de la víctima se dejó caer al suelo, se echó de espaldas y el representante del árabe se puso a su lado y así estuvieron en paz. Todo transcurrió sin ninguna intervención exterior de parte del terapeuta. Se desarrolló por sí solo en el alma de estos representantes.
Ésos serían movimientos del alma. Es lo que hace que aquello que estaba separado se vuelva a unir y hace que todos sean iguales.
Por esta noche solamente he dado una idea global, una primera impresión de lo que sería posible. Gracias a Dios, ahora ya hay varios libros míos en español, también hay videos en español, donde uno puede leer y ver para aprender y comprender mejor.

Y ahora pienso que daré la oportunidad de formular preguntas.

Pregunta: escuché atentamente lo que Ud. dijo y en muchos tramos habló de lo que es la conciencia, pero no nombra al inconsciente. De hecho lo nombró una sola vez cuando habló del sentimiento y el deseo de pertenencia a la familia y aquel que no pertenece siente un rechazo absoluto. Primero no quedó claro de quién es el sentimiento de rechazo. Y hay ejemplos en la historia de la humanidad de personas que pertenecieron a la familia científica. ¿Por qué hablar de rechazo a la no pertenencia, si por ejemplo Galileo Galilei fue expulsado de la familia científica y a pesar de eso la humanidad tuvo avances inconmensurables?
Hellinger: Creo que esas preguntas nos apartan en lo que aquí en realidad cuenta. Lo que aquí cuenta es saber qué cosa ayuda cuando una persona está implicada en su sistema familiar y está haciendo algo que en realidad le hace daño. Quisiera explicarlo de una forma distinta también. Quien está sano, por regla general está bien. Eso se podría comparar al sentimiento de inocencia si yo hago aquello que me asegura la pertenencia. Quien cae enfermo, se siente mal y sintiéndose tan mal, hace todo para recuperar su salud, y eso sería comparable a la mala conciencia. Es decir, el efecto de la enfermedad sería similar al efecto de la mala conciencia.
Pero también hay muchas personas que cuando escuchan que están gravemente enferma, se sienten aliviadas, incluso felices. Un amigo mío, un médico, participó en un proyecto de investigación en la Universidad de Heilbek con el que querían saber si, cuando mujeres acudían a un examen médico para averiguar si tenían cáncer, uno, aún antes del diagnóstico real, podía saber si la mujer tenía cáncer. Así pudieron comprobar, muy fácilmente, con un alto grado de acierto, que todas las que tenían miedo de morir, no tenían cáncer... El cáncer muchas veces muestra que no solamente se trata de una enfermedad del cuerpo, sino que esa persona desea morir. Por eso tampoco ayuda nada si esa persona tan solo recibe medicamentos, cuando el alma no está dispuesta a estar sana.
Otro ejemplo, un amigo mío dirige una gran clínica y un jefe de departamento, de repente, desarrolló un tumor cerebral. Yo le pregunté, cómo reaccionó ese hombre al saberlo, cuando supo ese diagnóstico. Me dijo: Estaba encantado. ¿No es curioso? Es decir, aquí actúan fuerzas que hay que mirar muy detenidamente. Por tanto, cuando aquí hablamos del alma o de la buena o conciencia, se trata de ayudar a personas que se encuentren en una situación así.
He trabajado mucho con pacientes de cáncer y muchas veces se puede ver, sobre todo en mujeres, que ellas se niegan a respetar a su madre y yo cuando en una constelación les pido que se inclinen ante su madre, que se inclinen profundamente, dándole la honra, estas mujeres se niegan de una forma que nos hace suponer que preferirían morir antes que dar la honra a su madre. ¿No es curioso?

http://www.fritzgestalt.com/artihellinger.htm